La amenaza de los piratas

A medida que cada vez más compañías navieras apuestan por desviar algunos de sus buques de carga hacia la ruta que rodea África para evitar el canal de Suez, los fantasmas de este itinerario, mucho más largo y potencialmente más peligroso parecen haber vuelto a resucitar. En el corazón de estas preocupaciones —hasta ahora minimizadas por las grandes navieras— se encuentra el riesgo que para algunos barcos podría representar la amenaza de la piratería.

El jefe de la Autoridad del Canal de Suez, el teniente general Osama Rabie, se ha sumado a avivar ese temor. El pasado sábado aseguró durante una rueda de prensa que confía en que la vía navegable que él supervisa mantendrá su posición como línea marítima líder, dado que la ruta alrededor del cabo de Buena Esperanza “es bastante peligrosa” y “los problemas de piratería también están aflorando”.

Su advertencia, aunque sesgada por las tasas que cobra Egipto, no es infundada. A lo largo de 2020, la Oficina Marítima Internacional (IMB, por sus siglas en inglés) documentó 195 incidentes de piratería —sucedidos en alta mar— y de robo a mano armada —que tienen lugar en aguas territoriales— contra buques en todo el mundo, de acuerdo con un informe publicado en enero.

La zona que suscita mayores temores es el golfo de Guinea. Allí se concentraron más del 95% de los tripulantes secuestrados, según el estudio anterior, un fenómeno que ha experimentado un aumento sin precedentes desde 2019. Además, los incidentes registrados en la región se consideran especialmente peligrosos, puesto que en el 80% de asaltos los atacantes iban armados, y en uno de cada cuatro se produjeron secuestros de tripulantes, más que en cualquier otra región del mundo, señala la IMB. En Somalia, los piratas continúan teniendo capacidad de realizar ataques, pero la organización no registró en esta zona ningún incidente de piratería en 2020.

Uno de los últimos episodios de piratería ocurrió el pasado 11 de marzo, cuando un grupo de delincuentes asaltó un buque de bandera maltesa mientras navegaba por el golfo de Guinea a unas 210 millas náuticas (unos 388 kilómetros) de la costa de Benín, y secuestró a 15 miembros de su tripulación, según la IMB.

Los asaltos de piratas podrían suponer un problema en particular para buques que zarparon con la idea inicial de cruzar el canal de Suez y que, en caso de desviarse hacia el sur de África, tengan que repostar a lo largo del trayecto, lo que les podría colocar a menos de las 250 millas náuticas de la costa recomendadas en el golfo de Guinea. Sin embargo, no consta que ningún buque en la cola del canal de Suez haya optado por hacerlo. Tanto el jefe de la Autoridad del Canal de Suez, como portavoces de grandes navieras, como Maersk y Hapag-Lloyd manifiestan que la piratería, en su caso, no representa una gran preocupación.

 

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